Por fin comezó mi viaje, después de aplazarlo muchas veces queriendo tener todo listo para mi cuando finalmente partiera de todo modos hubieron detalles que improvisar. Por fin salí de mi casa cerca de las 10AM, después de pasar la noche ordenando mi equipaje posterior a una pequeña celebración de despedida. Primer destino, La Serena, a la casa de mi buen amigo Sebastian junto a su familia. Buen fin de semana de descanso, paseos entre La Serena y Coquimbo y ambiente familiar, fue un buen inicio de mi viaje.

En cleta por La Serena
Lunes siguiente salida a hacer dedo hacia el norte, después de un tiempo consigo alguien que me lleve, La Serena-Copiapó, no está mal. Avanzo varios kilómetros con cruce del desierto incluido.
Breve paseo por Copiapó y continúo hasta Chañaral, donde paso la noche. Extraña sensación me deja ese pueblo, se siente un ambiente de pueblo envejecido, con un calor insoportable el cual solo se puede olvidar cuando la luz del sol ya se ha ido, dan muchas ganas de salir de ahí después de caminar unos minutos bajo ese sol insoportable, pero tiene un encanto indescriptible, da gusto caminar por sus calles a pesar de todo. Queda pendiente el parque nacional Pan de Azúcar, no será la última vez que viaje al norte para ello.

Cuando veo la pampa nortina...

La tierra de Freddy Turbina
Hago dedo al menos por dos horas, bajo un sol casi insoportable ya a las 10 de la mañana, quiero avanzar al norte lo más posible, paran muchos vehículos en esa estación de servicio, pero ninguno parece tener intenciones de llevar gente, incluso alguien me dijo que me llevaba “para la próxima”. Finalmente alguien me brinda su ayuda y me recoge de esa estación, son más de 400km de desierto, mucho recorrer en un camino caluroso y a veces aburrido, el cual incita al sueño, por eso es bastante factible que conductores solitarios quieran llevar algún viajero como yo y así olvidar el sueño.

Descanso en el camino
Después de cruzar el desierto en un viaje mucho más rápido de lo habitual, el velocímetro varias veces superó los 170 Km/h. , llego unos kilómetros al sur de Antofagasta, el conductor se dirigía a Calama. Después de hacer dedo menos de 10 minutos un amable señor me lleva hasta la ciudad de Antofagasta donde llego antes de las 18 hrs. Paso el resto del día en Antofagasta y espero el último bus que sale hasta Iquique, llego por la mañana. La idea es llegar lo antes posible a Perú, para recorrer el norte de Chile seguro habrán otras oportunidades.
Iquique, linda ciudad, bellas playas, edificios históricos y legados de la guerra. Ciudad con mucha vida y preparada para gente dispuesta a gastar dinero. Conocí a buena gente en el hostal “profesores” al cual no volvería por su mal trato a la persona que tenían trabajando y su tacañería con cosas como el agua caliente (para cocinar). Primeras personas que me encuentro de CS en el viaje, Javier y Leticia buenas conversaciones mi noche antes de dejar la ciudad.

Iquique
Arica, ciudad del eterno verano, llegada nocturna, me recibe mi amigo de CS Richard, quien fue un muy buen guía para la ciudad y me permitió conocer la vida y los lugares típicos de la ciudad, finalización del carrete en el muelle incluido. También tuve la oportunidad de dar a conocer el terremoto a alguien nuevo en estos temas, en la inigualable “Picá del Chino”. Buenos días junto a Richard, su novia Paulina y amigos de ellos en esta ciudad, que muchos dicen no muy buena comparada con Iquique, yo digo que depende si es que conoces que lugares visitar. Bellos paisajes, muchos lugares típicos y una cultura propia de la ciudad muy rica que vale la pena conocer.

Pelicano Observador

El Morro

Hacia la costa ariqueña

La Picá del Chino
Finalmente, en mi décimo día de viaje, me preparo para continuar al norte, será mi primera vez en Perú, donde me esperaban muchas cosas por conocer y vivir.
Más fotos.